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Ella brilla como el sol y es tan poco consistente como Saturno. Ella actúa como el verano y llora como la lluvia. Ella sueña como la primavera y se excusa como Agosto. Huyó de la Vía Láctea cuando las luces comenzaron a desvanecerse. Se consagró como estrella fugaz, de esas que dejan una herida permanente si te rozan y de las que pierden parte de su belleza cuando se empeñan en orbitar alrededor de alguien. Escogió una banda sonora para todos los momentos de su vida. Trazó su camino guiándose por las constelaciones. El romanticismo de Venus se instaló en su cabeza. Se empeñó en creer que hay cosas qué deberían cambiar, incluso su propia actitud. El viento la levantó por los aires y la atmósfera la aplastó cuando intentó poner estabilidad en su vida. Emigró. Se fue de vacaciones espirituales, de turismo sexual, de fiesta. Encontró todo lo que quería, pero quedaba tanta luz dentro de ella que el universo no quiso perderla y la obligó a volver a la Vía Láctea. Sus sentimientos bailaron mientras el Sol se ponía. Echó de menos. Recordó que aún le queda tiempo para crecer. Le fue fiel únicamente a la Luna. Nunca llegó a encontrarse a sí misma.

8 Mar, 17:35